La política y la lengua inglesa – G. Orwell 1946

Un hombre puede empezar a beber porque se siente fracasado, y luego fracasar aún más porque bebe. Es más bien lo mismo lo que le ocurre a la lengua inglesa. Se vuelve feo e inexacto porque nuestros pensamientos son tontos, pero la dejadez de nuestra lengua nos facilita que tengamos pensamientos tontos. La cuestión es que el proceso es reversible. El inglés moderno, especialmente el escrito, está lleno de malos hábitos que se propagan por imitación y que pueden evitarse si uno está dispuesto a tomarse la molestia necesaria. Si uno se deshace de estos hábitos puede pensar con más claridad, y pensar con claridad es un primer paso necesario para la regeneración política: de modo que la lucha contra el mal inglés no es frívola y no es una preocupación exclusiva de los escritores profesionales. Volveré a hablar de esto en breve, y espero que para entonces se haya aclarado el sentido de lo que he dicho aquí. Mientras tanto, he aquí cinco ejemplos de la lengua inglesa tal y como se escribe habitualmente.

La enfermedad y la muerte

Cuando el cuerpo muere pierde sus contornos y como no podemos conservar la vida no debemos perder las formas antes de morir. La enfermedad y la muerte son la esperanza de aquellos que son perseguidos por sus pensamientos. Tenemos que hablar:  

- Tú mi sueño, yo tu pesadilla. 

- Las palabras se las lleva el viento. 

- ¿Ya no soy tu novio? 

- Me dejé llevar. 

- Mi pesadilla es perderte. 

- Mi sueño es que no vuelvas.