La enfermedad y la muerte

Cuando el cuerpo muere pierde sus contornos y como no podemos conservar la vida no debemos perder las formas antes de morir. La enfermedad y la muerte son la esperanza de aquellos que son perseguidos por sus pensamientos. Tenemos que hablar:  

- Tú mi sueño, yo tu pesadilla. 

- Las palabras se las lleva el viento. 

- ¿Ya no soy tu novio? 

- Me dejé llevar. 

- Mi pesadilla es perderte. 

- Mi sueño es que no vuelvas. 

- Si pudiéramos estar siempre despiertos. 

- La vida continua. 

- No me dejes. 

- Han pasado noventa palabras. 

- Quinientos es el límite. 

- Tienes que venir de cualquier forma. 

- Cuando duermo estás a mi lado. 

- Aprovéchalas. 

- Temo por lo que más quiero. 

- Mientes tanto que ya no estás seguro de la realidad. 

- Las palabras siguen corriendo. 

- A lo mejor deberías dialogar. 

- Tantas veces me perdonaste. 

- Con dos personajes. 

- Monótono y sin desenlace.

- Delicado velo entre dormir y despertar. 

- Una desgarradura, por ejemplo. 

- ¿Qué monstruo se verá detrás de cada confesión, de cada juramento? 

- Ser ciego y viejo y estirar el brazo buscándote en la cama. 

- Muriendo nos encontraremos. 

- Muriendo dejaré de extrañarte. 

- La ventana se cae a pedazos. 

- Estoy yendo en taxi, llego en cinco minutos. 

- Un remolino de voces. 

- Otra vez. 

- Acomódese al fondo. 

- Avise con tiempo. 

- Pie derecho. 

- También oigo mal. 

- Buscas a alguien. 

- No lo encuentro. 

- Cuando el sueño se convierte en pesadilla… 

- Se trata de deformar la realidad. 

- Ajustar la decepción. 

- Ahondamos el precipicio. 

- Nunca te autocompadezcas. 

- ¿Ya es la hora? 

- Faltan doscientas. 

- Debemos elevar nuestro pensamiento. 

- En un canto descarnado del pasado. 

- Ayúdame a arrancar mi ruina. 

- No va a quedar nada. 

- Solo soy mediocre y tibio. 

- ¿Qué escoges si quisiera escucharte? 

- Nos separa la tumba que nos une. 

- Que sea breve. 

- Guardamos para los gusanos. 

- Que no sea monótono. 

- Ante la carrera que sube por una pirámide de cráneos… 

- Donde la multitud aislada compite. 

- La celda de los hombres que callan… 

- Te quedan cien palabras. 

- Dice más su silencio que el bullicio. 

- Que no aburra. 

- Las guerras se hacen con las mentiras de los que venden armas. 

- Esa no es tu guerra. 

- Mi guerra es con lo que amo. 

- Con la decepción de amarlo. 

- Gusano blanco por un lado y negro por el otro. 

- Y vivimos peleando por definir su color. 

- Amo la decepción. 

- Te decepcionas amando. 

- ¿Por qué cruzamos la pista como si los faros fueran a disparar? 

- No lo sé, mi amor… Ven, échate a mi lado. 

- Estás tan calientita. 

- Tú estás muy frío. 

- No te quedes callada. 

- Calla y muere. 

- Creí que era sarcasmo. 

- Siempre te victimizas.   

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