¿Por qué la masonería es luciferiana? - Parte 2

Dublin Review en 1884 y N. Deschamps, en “Sociedades Secretas”, citan: “El protestantismo considerado como religión es la mitad, la masonería es el todo. El protestantismo puede regresar al catolicismo o obstinadamente quedarse en la mitad o marchar directo al territorio de la masonería.” El fundador de los mormones, Joseph Smith, era masón y sus templos están llenos de símbolos masónicos. Los mismos mormones lo cuentan: "Más bien, el encuentro de José con la masonería sirvió evidentemente de catalizador para la revelación." https://www.churchofjesuschrist.org/study/history/topics/masonry?lang=eng


Al igual que en la masonería, en el anglicanismo hay tantas variedades de creencias e interpretaciones como reverendos oradores o maestros. Entre los sacerdotes anglicanos es tan común ser masón que es más difícil encontrar un sacerdote que no lo sea. 

Arzobispo de Cantenbury, líder de la iglesia Anglicana, lleno de símbolos 

Detalle del piso de templo Anglicano

Detalle de piso masónico


Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová, aunque muchos dicen que no, aunque muchos tienen dudas: Hablaba bien de los masones, usaba signos masónicos, su secta tiene varios paralelismos con la masonería, diferentes reuniones de su secta se realizaron en locales masónicos, muchos de sus familiares eran conocidos masones( John Russell, William Huntington Russell, G. W. Russell, Louis A. Russell, etc), y editaba una revista que se llamaba "Zion´s Watch Tower", en cuya esquina usaba un símbolo masónico muy conocido -también usado por Mary Baker Edy, que corresponde a la logia de los caballeros templarios:



 El masón A.E.Waite en su “Digest of Eliphas Levi”: “Los gnósticos representan el cuerpo ardiente del espíritu santo, y esto es lo que es adorado en los ritos del Sabbath o el templo bajo la figura simbólica de Baphomet o la cabra andrógina de Mendes-este cuerpo del espíritu santo, que nosotros  llamamos “Luz Astral” y el “agente universal”, este “eter electromagnético”, esta “vital luminosidad calórica”, está representada en los monumentos antiguos con la faja de Isis, que se enrosca en un nudo-amante alrededor de dos palos, junto a la serpiente con cabeza de toro, por la serpiente con cabeza de cabra , o perro, en las teogonías antiguas , y por la serpiente devorando su propia cola, emblema de la prudencia y satán.” (Observar la foto del Arzobispo de Cantenbury).

Marmontel, agente de la revolución francesa:

Para sobrecoger a la burguesía, tendremos, si es necesario, esa clase que está resuelta y que no ve nada que perder y todo por ganar con el cambio. Hay poderosos motivos para incitarla a la revuelta: escasez, hambre, dinero, rumores alarmantes y aterradores, y la locura del terror y la furia que golpeará en las mentes de la gente… La gente buena es débil y tímida y sólo los inútiles son decididos. Es una ventaja para el pueblo en una revolución no tener moral. ¿Cómo podrían resistir a hombres para quienes todos los medios son buenos?  No hay ninguna de nuestras viejas virtudes que pueda ayudarnos. No necesitan tener ninguna, o bien deberían ser de otro tipo. Eso es todo lo que es necesario para la revolución, todo lo que es útil para ella.

M. Viviani, 15 de enero de 1901: "Se nos ha confiado la preservación de todo ataque del patrimonio de la revolución...  Venimos aquí llevando en nuestras manos, más allá de las tradiciones republicanas, estas tradiciones francesas atestiguadas por siglos de luchas, durante los cuales, poco a poco, el espíritu laico escapo de las garras de la sociedad religiosa... No sólo estamos cara a cara con las congregaciones sino con la iglesia católica ... Por encima de esta batalla de un día, ¿no es cierto que volvemos a encontrar ese formidable conflicto en el que el poder espiritual y el poder temporal luchan juntos por las prerrogativas soberanas, intentando arrebatarse mutuamente las conciencias, para mantener hasta el final la guía de la humanidad? Pero esto es solo una escaramuza al lado de las batallas del pasado y del futuro. La verdad es que se trata de un encuentro, según la fina expresión de M. de Mun en 1878, entre la sociedad fundada en la voluntad del hombre y la sociedad fundada en la voluntad de Dios. La cuestión es saber si, en este combate, una ley de asociación será suficiente. Las congregaciones de la Iglesia os amenazan no sólo por sus actos, sino también por la propagación de su fe... No temáis la batalla que se os ofrece; aceptadla... Y si encuentras frente a ti esta religión divina que idealiza el sufrimiento con promesas de recompensa futura, oponedle la religión de la humanidad que también idealiza el sufrimiento ofreciendo como recompensa la felicidad de las generaciones humanas." 

En 1916 Charles Szalay, gran maestre de la logia Comenius, en un discurso pronunciado ante una asamblea en pleno reconoció que: "El espíritu que anima a todos los verdaderos francmasones ha sido siempre revolucionario. Las obras de caridad pública no son sus principales objetivos, sino simplemente un medio para alcanzar su fin último".

La cabeza de la masonería en Portugal en 1907 fue Magalhaes Lima, quien en París dia una lectura titulada: Portugal, la caída de la monarquía y la necesidad de una forma republicana de gobierno… Semanas después el rey Carlos y su hijo mayor fueron asesinados. Después de que se diera la revolución en Turquía, el 1 de mayo de 1909, 45 logías turcas se reunieron en Constantinopla y fundaron el gran Oriente Otomano. Cuando cayó Bela Kun en su intento revolucionario en Hungría, el gobierno obtuvo y publicó archivos masónicos, lo que condujo a la prohibición de las logias masónicas en el país. Decisión que fue criticada por diferentes medios de prensa y que las logias de varios países buscaron cambiar. En el 12 de octubre de 1914, Cabrinovic, uno de los asesinos del Archiduque de Austria, perteneciente a la logia “Mano negra”, dijo: “En la masonería está permitido matar”. Varios de los asesinos que realizaron el ataque también eran masones. Este hecho apenas se mencionó en la prensa y hasta la actualidad apenas se menciona en los libros de historia, pero las declaraciones de los asesinos en el juicio demuestran la influencia de la masonería en sus ideas y en el acto terrorista que llevaron a cabo. 

Con un pretexto vacío, estalla una revuelta en Barcelona. Incendios y masacres obligan al gobierno español a decretar la ley marcial. El instigador de los disturbios, Ferrer, es detenido. Fue entregado a un tribunal militar que lo condenó a muerte. La sentencia fue ratificada. Se enviaron telegramas mentirosos a los periódicos de todos los países declarando que Ferrer no había sido juzgado conforme a la ley, que su abogado defensor había sido detenido e incluso que el clero y el Papa tenían algo que ver con el caso. La Lanterne escribió: "La mano sangrienta de la Iglesia, parte en el proceso, lo ha dirigido todo, y los soldados rufianes del rey de España sólo cumplen su voluntad. Todo el pueblo debería rebelarse contra esta religión de asesinato y sangre". Siguió una caricatura que mostraba a un sacerdote con un puñal en la mano. Las amenazas de represalias, de asesinato del rey y del Papa llueven sobre Madrid y Roma. En París, Roma, Bruselas, Londres y Berlín circularon peticiones de protesta contra la sentencia. Ferrer fue ejecutado. Inmediatamente se produjeron manifestaciones, algunas de ellas sangrientas, en las principales ciudades de Francia y de varios países europeos. El cenit se alcanzó en una especie de triunfo para glorificarle en las calles de París al canto de la "internationale".

La espontaneidad y uniformidad de estas manifestaciones por una causa ajena a los intereses de los diversos países, indican una organización que alcanza a todas las naciones. (BLM - Black Lives Matter - Baal, Lucifer, Moloc)

El 4 de julio de 1828, 103 masones firmaron una declaración de independencia de la masonería, que resume bastante bien lo perniciosa que resulta esta sociedad para la humanidad:

1) La sociedad masónica ha estado creciendo silenciosamente entre nosotros, sus principios y operaciones están calculados para subvertir y destruir los grandes e importante principios de la convivencia.
2) Se otorga el derecho de castigar a sus miembros por ofensas desconocidas a las leyes de esta o de cualquier nación. 
3) Requiere el consentimiento del crimen, dando facilidades para escapar al culpable. 
4) Permite oportunidades al corrupto y diseña planes contra el gobierno, y las vidas de los individuos.
5) Blasfema el nombre e intenta personificar a Jehova. 
6) Prostituye las sagradas escrituras para propósitos mundanos, para servir a sus propios fines. 
7) Debilita las sanciones morales y religiosas por la multiplicación de actos profanos y familiaridad inmoral con formas religiosas y ceremonias. 
8) Descubre en sus ceremonias, una venida mundana de la verdad divina con injuriosas invenciones humanas. 
9) Destruye la veneracion para la religión y sus ordenanzas por el uso profano de formas religiosas. 
10) Sustituye con el derecho propio y las ceremonias masónicas la religión vital y las ordenanzas del evangelio.
11) Contrae las simpatías del corazón humano por todos los infortunados, confinando sus caridades a sus propios miembros, y promueve el interés de unos pocos a expensas de muchos.

(El presidente Quincy Adams reprobó la masonería).

Ciertamente no todos los masones son consientes del luceferanismo. Así como en la iglesia católica los menos son santos, en la masonería los menos son luciferianos. Pero la adoración y los rituales donde más se expone y compromete este sórdido aspecto, en los grados más "avanzados" de las logias más secretas, son los que tiene relación con Baphomet y Jahbulon:

Baphomet está relacionado con la duplicidad y el androginismo, mientras que Jahbulon (Jehova, Baal y Osiris) sería para ellos el Gran Arquitecto del Universo. 

Según los masones, ese club social que hace obras de caridad, no tratan cosas de religión ni de política, pero, además de todos los hechos históricos, hay demasiados políticos masones en la actualidad, y todos sus rituales son una desfiguración y profanación de los ritos católicos.  

Carta de Piccolo Tigre, citada en "La guerra del anticristo con la Iglesia", que resume el fin de corromper al mando de la masonería:

"En la imposibilidad en que se encuentran nuestros hermanos y amigos de decir, todavía, su última palabra, se ha juzgado bueno y útil propagar la luz por todas partes, y poner en movimiento todo lo que aspira a moverse. Por esta razón no dejamos de recomendaros que afiliéis a personas a todo tipo de asociación, no importa de qué clase, sólo con la condición de que el misterio y el secreto sean las características dominantes. Toda Italia está cubierta de cofradías religiosas, y de penitentes de diversos colores. No temáis deslizar a algunos de los vuestros en medio de estos rebaños, guiados como están por una estúpida devoción. Que nuestros agentes estudien con cuidado el personal de estos cofrades, y verán que poco a poco no les faltará cosecha. Bajo un pretexto lo más fútil, pero nunca político o religioso, cread por vosotros mismos, o, mejor aún, haced crear por otros, asociaciones, teniendo por objeto el comercio, la industria, la música, las bellas artes, etc. Reunid en uno u otro lugar -incluso en las sacristías o capillas- a esas tribus vuestras todavía ignorantes: ponedlas bajo el bastón pastoral de algún sacerdote virtuoso, bien conocido, pero crédulo y fácil de ser engañado. Entonces infiltra el veneno en esos corazones elegidos; infíltralo en pequeñas dosis, y, como por casualidad. Después, al reflexionar, ustedes mismos se asombrarán de su éxito.

Lo esencial es aislar a un hombre de su familia, hacerle perder la moral. Está suficientemente dispuesto, por la inclinación de su carácter, a huir de las preocupaciones domésticas y a correr tras los placeres fáciles y las alegrías prohibidas. Ama las largas conversaciones del café y la ociosidad de los espectáculos. Conducidle, sostenedle, dadle una importancia u otra; enseñadle discretamente a cansarse de sus trabajos cotidianos, y con esta gestión, después de haberle separado de su mujer y de sus hijos, y después de haberle mostrado lo penoso de todos sus deberes, excitaréis en él el deseo de otra existencia.

El hombre es un rebelde nato. Aviva el deseo de rebelión hasta que se convierta en una conflagración, pero de tal manera que la conflagración no estalle. Esto es una preparación para la gran obra que debes comenzar. Cuando hayáis insinuado en algunas almas el asco por la familia y por la religión (la una sigue casi siempre la estela de la otra), dejad caer algunas palabras que provoquen el deseo de afiliarse a la logia más cercana. Esa vanidad del ciudadano o del burgués, de pertenecer a la masonería, es algo tan común y tan universal que siempre me hace maravillarme de la estupidez humana. Empiezo a asombrarme de no ver al mundo entero llamar a las puertas de todos los venerables y exigir a estos señores el honor de ser uno de los obreros elegidos para la reconstrucción del templo de Salomón. El prestigio de lo desconocido ejerce sobre los hombres una especie de poder, que los prepara con temblor para las pruebas fantasmagóricas de la iniciación y del banquete fraternal.

Encontrarse como miembro de una logia, sentirse llamado a guardar de la esposa y de los hijos, un secreto que nunca se le confía, es para ciertas naturalezas un placer y una ambición. Las logias, hoy en día, pueden crear sibaritas, pero nunca darán lugar a ciudadanos. Hay demasiadas cenas entre los venerables y reverendos hermanos de todos los Antiguos. Pero forman un lugar de depósito, una especie de criadero, un centro por el que hay que pasar antes de llegar a nosotros. Las logias no forman más que un mal relativo, un mal atemperado por una falsa filantropía, y por cantos aún más falsos como en Francia. Todo eso es demasiado pastoral y demasiado gastronómico; pero es un objeto que es necesario fomentar sin cesar. Al enseñar a un hombre a levantar su copa a los labios, te haces dueño de su inteligencia y de su libertad, lo dispones, le das la vuelta y lo estudias. Se adivinan sus inclinaciones, sus afectos y sus tendencias; entonces, cuando está maduro para nosotros, lo dirigimos a la sociedad secreta de la que la masonería no puede ser más que la antesala.

La Alta Vendita desea que, bajo un pretexto u otro, se introduzcan en las logias masónicas el mayor número posible de príncipes y personas ricas. Los príncipes de una casa soberana, y aquellos que no tienen la legítima esperanza de ser reyes por la gracia de Dios, todos desean ser reyes por la gracia de una Revolución. El duque de Orleans es masón, el príncipe de Carignan también lo era. No faltan en Italia y en otras partes, los que aspiran a los modestos honores del delantal y la paleta simbólicos. Otros de ellos son desheredados y proscritos. Halaga a todos los de su número que son ambiciosos de popularidad; los monopoliza para la masonería. La Alta Vendita verá después lo que puede hacer para utilizarlos en la causa del progreso. Un príncipe que no tiene un reino que esperar es una buena fortuna para nosotros. Hay muchos en esa situación. Haced de ellos masones. La logia los conducirá al carbonarismo. Llegará un día, tal vez, en que la Alta Vendita se digne afiliarlos. Mientras esperan, servirán de pajarera a los imbéciles, a los intrigantes, a los burgueses y a los necesitados. Estos pobres príncipes servirán a nuestros fines, mientras piensan trabajar sólo para los suyos. Forman un magnífico tablero de anuncios, y siempre se encuentran suficientes tontos dispuestos a comprometerse al servicio de una conspiración, de la que algún príncipe parece ser el cabecilla.

 Una vez que un hombre, que un príncipe, que un príncipe especialmente, haya comenzado a corromperse, persuádase de que difícilmente descansará sobre el declive. Hay poca moralidad incluso entre los más morales del mundo, y se avanza rápidamente en el camino de ese progreso. No os asustéis, pues, de ver florecer las logias, mientras el carbonarismo se recluta con dificultad. Es sobre las logias que contamos para duplicar nuestras filas. Ellas forman, sin saberlo, nuestro noviciado preparatorio. Hablan sin cesar de los peligros del fanatismo, de la felicidad de la igualdad social y de los grandes principios de la libertad religiosa. Lanzan en medio de sus festines estruendosos anatemas contra la intolerancia y la persecución. Esto es positivamente más de lo que necesitamos para hacer adeptos. Un hombre imbuido de estas cosas buenas no está muy lejos de nosotros. No se requiere nada más que alistarlo. La ley del progreso social está ahí, y todo está ahí. No hay que tomarse la molestia de buscarlo en otra parte. En las circunstancias actuales, no levantéis nunca la máscara. Contentaos con merodear por el redil católico, pero como buenos lobos coged en el paso al primer cordero que se ofrezca en las condiciones deseadas. El burgués tiene mucho de lo que nos conviene, el príncipe aún más. Por todo ello, no se debe permitir que estos corderos se conviertan en zorros como el infame Carignan. La traición del juramento es una sentencia de muerte; y todos esos príncipes ya sean débiles o cobardes, ambiciosos o arrepentidos, nos traicionan o nos denuncian. Por fortuna, saben poco, en realidad nada, y no pueden dar con el rastro de nuestros verdaderos misterios.

Con ocasión de mi último viaje a Francia, vi con profunda satisfacción que nuestros jóvenes iniciados exhibían un ardor extremo por la difusión del carbonarismo; pero también encontré que más bien precipitaban un poco el movimiento. Según creo, convirtieron demasiado su odio religioso en un odio político. La conspiración contra la sede romana no debe confundirse con otros proyectos. Estamos expuestos a ver germinar en el seno de las sociedades secretas, ardientes ambiciones; y los ambiciosos, una vez dueños del poder, pueden abandonarnos. La ruta que seguimos no está aún suficientemente bien trazada como para entregarnos a los intrigantes y a los tribunos.

Es de absoluta necesidad descatolizar el mundo. Y un hombre ambicioso, habiendo llegado a su fin, se guardará bien de secundarnos. La Revolución en la Iglesia es la Revolución en permanencia. Es el necesario derrocamiento de tronos y dinastías. Ahora bien, un hombre ambicioso no puede desear realmente estas cosas. Vemos más alto y más lejos. Esforzaos, pues, en actuar por nosotros y en fortalecernos. No conspiremos sino contra Roma. Para ello, sirvámonos de toda clase de incidentes; pongamos en provecho toda clase de eventualidades. Estemos principalmente en guardia contra las exageraciones del celo. Un buen odio, completamente frío, completamente calculado, completamente profundo, vale más que todos esos fuegos artificiales y todas esas declamaciones de la plataforma. En París no pueden comprender esto, pero en Londres he visto hombres que captaron mejor nuestro plan, y que se asociaron a nosotros con más fruto. Se me han hecho considerables ofertas. Pronto tendremos una imprenta en Malta a nuestra disposición. Entonces podremos impunemente, con un golpe seguro, y bajo la bandera británica, esparcir de un extremo a otro de Italia, los libros, folletos, etc., que la Alta Vendita juzgue conveniente poner en circulación."


Esta carta es negada por la imposibilidad de reconocer a los autores, pero resulta muy difícil negar la precisión de su contenido.

FIN

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